Pekinés

Descripción general de la raza

Los orígenes del Pekinés son misteriosos y extremadamente antiguos, con rastros de su presencia en China que se remontan a casi 2000 años antes de Cristo. Antiguamente venerado en el Imperio del Medio e incluso considerado sagrado, aquellos que causaban daño a este pequeño perro arriesgaban la pena de muerte.

En 1860, fue importado al Reino Unido después de una guerra liderada por los ingleses contra la corte imperial china. Algunos oficiales británicos tomaron la iniciativa de capturar algunos ejemplares para ofrecérselos a la Reina Victoria. Toda la corte real de Gran Bretaña tomó afecto por este perro en miniatura de pelaje largo y nariz aplastada.

Varios criadores se apasionaron por esta raza única, y los pocos individuos encontrados en China ayudaron a desarrollar la raza en todo el territorio del reino. Después de muchas décadas, su popularidad sigue siendo alta. La paternidad del Pekinés fue simbólicamente atribuida tanto a Inglaterra como a China. La FCI lo reconoció definitivamente el 3 de noviembre de 1966, y el estándar oficial en vigor en la actualidad fue publicado el 26 de marzo de 2009.

El Pekinés está clasificado como una raza de perros pequeños. Su porte es noble, elegante y bien proporcionado, su movimiento siempre es grácil, suave y agradable de ver. Su cuerpo es de tamaño mediano, ligeramente más largo que alto, y se inscribe en un rectángulo. Ligeramente arqueado en la zona de los riñones, su espalda es corta y recta, con un pecho profundo y costillas redondeadas.

A pesar de su pequeño tamaño, es robusto e increíblemente reactivo. Sus miembros son rápidos, sólidos y bien construidos. Su cola, de longitud media, está alta y se lleva recta a lo largo de su espalda. El tamaño de su cabeza es proporcional al resto de su cuerpo. Su cráneo es redondo, su hocico corto con un stop claramente acentuado, a veces incluso levantado en algunos individuos.

Sus orejas son de buena longitud, caen y tienen un abundante flequillo de pelo. Este pelaje más largo también se encuentra en varias partes del cuerpo como el cuello, las patas y la cola. Su pelo es largo, espeso y brillante, acompañado por un abundante y suave subpelo. Se permiten todos los colores de pelaje, excepto albinos y Red Nose.

El Pekinés es un perro de compañía por excelencia, dulce, tranquilo e inteligente. Está profundamente unido a su familia, aunque esto no siempre sea evidente. Es modesto y sensible, y es especialmente agradable convivir con él, ideal para personas mayores o aquellas que son menos activas, ya que el Pequinés necesita muy poca actividad física para estar satisfecho.

Con un temperamento más bien independiente, no requiere de interacción humana constante para mantener su equilibrio. Su mera presencia es suficiente. Estar solo no le causa ningún problema. En su ausencia, esperará pacientemente sin experimentar una ansiedad excesiva.

A veces terco, la obediencia no es su mayor virtud. Aprecia especialmente su libertad de acción y no le gusta someterse a las órdenes de sus dueños. Será necesaria una educación firme pero justa desde una edad temprana. Pequeño por su tamaño, pero grande por su valentía, en efecto, el Pekinés es un animal intrépido que no siempre se da cuenta de su pequeña estatura. A menudo dominante con sus congéneres, su apodo de "pequeño león" le queda perfecto.

Atento a su entorno, defenderá su territorio con vigor. Es un excelente perro guardián que no tolera a los intrusos en su territorio. Fiel y leal a sus seres queridos, es tranquilo, protector y increíblemente unido a su familia.

El peso del Pekinés en la edad adulta suele oscilar entre 3 y 5 kg, y su altura a la cruz varía de 15 a 25 cm.