Lakeland terrier

Descripción general de la raza

El Lakeland Terrier, originario del Reino Unido, recibe su nombre de la magnífica región de los lagos (Lake District) en el noroeste de Inglaterra, donde numerosos lagos se unen para formar una ensenada hacia el mar.

Esta raza evolucionó a través de cruces de varias razas distintas, como el Airedale, Dandie Dinmont, Fox y Bedlington Terrier. Su papel principal era la caza del zorro, debido a la presencia de zorros de gran tamaño en la región que se alimentaban de gallinas, conejos y otros pequeños animales de caza.

Creada a finales del siglo XIX, el estándar de la raza se estableció en 1921 y fue reconocida por el Kennel Club inglés en 1928. Después de décadas de selección rigurosa, la Federación Cinológica Internacional la registró definitivamente el 14 de octubre de 1954.

El Lakeland Terrier, también conocido como Patterdale Terrier, es un perro pequeño que se distingue por su valentía y determinación en el trabajo. A pesar de su tamaño reducido, es robusto y lleno de vitalidad, con un cuerpo robusto y compacto que es cuadrado.

Los hombros bien definidos, un pecho profundo y un vientre bien levantado le dan una apariencia dinámica. Sus extremidades son gruesas y fuertes, y su lomo es corto y carnoso. Su cabeza es alargada, nunca puntiaguda, con un hocico ancho y orejas en forma de V que se llevan con orgullo.

El pelaje del Lakeland Terrier es áspero al tacto, con un subpelo denso que le proporciona una excelente protección contra las inclemencias del tiempo. Los colores aceptados para esta raza incluyen el negro, marrón, rojo, trigo y azul en tonos sólidos, así como el bicolor con marcas negras y fuego (tan) en negro y azul.

Este tipo de terrier se caracteriza por su alerta, energía y, a veces, hiperactividad. Está unido a su familia y puede ser cariñoso al tiempo que conserva cierta obstinación e independencia. Es un jugador incansable y disfruta de la compañía de los niños para juegos y actividades deportivas. Hacia los desconocidos, muestra desconfianza, lo que lo convierte en un buen guardián a pesar de su pequeño tamaño.

El Lakeland Terrier necesita ejercicio intenso a diario, ya que el trabajo está arraigado en su ADN. La vida en un apartamento no le conviene, ya que puede aburrirse rápidamente, lo que puede dar lugar a problemas de comportamiento como la ansiedad, las escapadas o la conducta destructiva.

Un adiestramiento estricto es esencial para controlar su hiperactividad, y se beneficia de un dueño experimentado y paciente para superar su naturaleza obstinada.

En resumen, el Lakeland Terrier se adapta mejor al trabajo que a una vida familiar tranquila. Si vives en una zona rural y eres activo al aire libre, puede convertirse en un compañero leal, con un peso de aproximadamente 6 a 9 kg y una altura de entre 35 cm y 38 cm para los machos, y entre 34 cm y 37 cm para las hembras.